GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER:
Ⅰ) No digáis que agotado su tesoro
de asuntos falta enmudeció la lira:
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanza y recuerdos
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labiio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
Ⅱ) AMOR ETERNO
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamas en mi podrá apagarse
la llama de tu amor.
Ⅲ) Me ha herido recatándose en las sombras,
sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
partióme a sangre fría el corazón.
Y ella prosigue alegre su camino
feliz, risueña, impávida, ¿y por qué?
Porque no brota sangre de la herida,
porque el muerto está en pie.
Ⅳ) Alguna vez la encuentro por el mundo
y pasa junto a mí:
y pasa sonriéndose y yo digo:
¿Cómo puede reír?
Luego asoma a mi labio otra sonrisa
máscara de dolor,
y entonces pienso: Acaso ella se ríe,
como me río yo.
JOSÉ MARTÍ:
Ⅰ) Aquí está el pecho, mujer,
Que ya sé que lo herirás;
¡Más grande debiera ser,
Para que lo hirieses más!
Porque noto, alma torcida,
Que en mi pecho milagroso,
Mientras más honda la herida,
Es mi canto más hermoso.
Ⅱ) Qué importa que tu puñal
Se me clave en el riñón?
¡Tengo mis versos, que son
Más fuertes que tu puñal!
¿Qué importa que este dolor
Seque el mar, y nuble el cielo?
El verso, dulce consuelo
Nace alado del dolor.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPerdón que lo borré pero estoy momentaneamente sin mis anteojos y mi vista es un poco limitada asi que escribí mal el comentario.😅
ResponderEliminarAquí voy de nuevo
Que bellos poemas! Me gustaron todos pero en especial Bécquer! 🤗💚
No pasa nada. Sí, los de Bécquer son hermosos.
EliminarHola! Me gusta mucho la selección de poemas que hiciste, entre esos destaca el último que citaste de J.Martí, es tan intenso, la sencillez de sus versos es como una flecha, va directo al corazón.
ResponderEliminarHola! Me alegro que te hayan gustado. El poema de J.Martí es de mis favoritos. Un beso.
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